Después de veinticinco años de sequía, el Standard de Lieja se proclamó, el pasado verano, campeón de la Jupiler League por segundo año consecutivo, dejando patente su domino local. El equipo supo sobreponerse a la marcha de Fellaini y, aunque Witsel se estancó ligeramente en su progresión, Defour tomó las riendas del equipo y llamó la atención de los grandes equipos de Europa. El propio capitán era el encargado de canalizar el juego ofensivo y fabricar oportunidades de gol, ayudado en la tarea por el talentoso Axel Witsel. Ambos formaban un centro del campo de alto nivel, pero que sería insuficiente para festejar títulos sin tener un buen rematador en la plantilla. Ese jugador no le falta al Standard, ya que tiene en Mbokani a una garantía de gol.
Mbokani es un ariete potente, poseedor de un buen nivel técnico y con mucha sangre fría cuando se encuentra delante del portero rival. Gracias a su inteligencia, vive en la frontera del fuera de juego, destrozando a las zagas rivales cuando recibe pases en profundidad. Es un jugador sacrificado, que no duda en emplearse a fondo en la presión para dificultar la salida de balón del equipo contrario. Tiene la dosis de individualismo necesaria para su demarcación y, al contrario que otros arietes, es generoso y facilita el juego a sus compañeros con su capacidad para aguantar el esférico de espaldas al marco contrario, cualidad de la que se aprovechan centrocampistas que llegan desde línea como Defour o Witsel e incluso Jovanic y De Camargo, su compañero de ataque. Es un futbolista potente, que sale victorioso de casi todos los choques con el rival, pero también capaz de desbordar por habilidad en carrera, conduciendo el balón de manera correcta. Además, es un delantero que ofrece muchos recursos a su equipo, ya que es útil para jugar a la contra, gracias a su explosividad, e ideal para colgar balones, merced a su poderío en el juego aéreo. Estas cualidades le convierten en un delantero de nivel, al que, por combinar la potencia con un buen toque de balón, muchos comparan con Drogba.
Nacido en la República Democrática del Congo, Mbokani fue criado en el seno de una familia religiosa, de ahí su nombre. Desde pequeñito se le veían dotes innatas para la práctica del balompié. Llegó a la profesionalidad enrolado en las filas del Modele Belor, equipo de su país natal. A pesar de ser muy joven, no pareció acusar la presión y se convirtió en la revelación del campeonato congolés. Por ello, no es extraño que la secretaría técnica del TP Mazembe, uno de los equipos más prestigiosos del país, se fijara en el para reforzar el plantel. Esta decisión de cambiar de equipo iba a suponer un gran paso adelante en la carrera deportiva del joven delantero. Vistiendo la elástica de su nuevo club, Mbokani explotó definitivamente, alcanzado unos magníficos registros anotadores. Sus sesenta y siete goles en setenta y dos partidos llamaron la atención de algunos equipos europeos.
Por las buenas relaciones entre el Congo y Bélgica, se ganó cierta reputación en el país belga. El Anderlecht se hizo con sus servicios en forma de cesión, pero la experiencia no salió como esperaba. No gozó de demasiadas oportunidades, ya que apenas llegó a disputar una decena de partidos. No obstante, dejó destellos de sus cualidades, anotando cuatro goles, tres de ellos en un mismo partido. Por ello, no resulta muy extraño que el Standard de Lieja se asegurara su fichaje. Fue entonces cuando llegó su explosión, convirtiéndose en la referencia ofensiva del equipo y erigiéndose en máximo artillero del equipo, contribuyendo a la consecución del título liguero, devolviendo la ilusión a la afición del Maurice Dufrasne. Tras su magnífica campaña, comenzó la siguiente con el objetivo de reeditar el título. Con más sufrimiento que la campaña anterior, el equipo volvió a saborear las mieles del éxito y, en el plano personal, Dieumerci consiguió mantener sus cifras goleadoras. En la presente campaña ha bajado sus registros y el Standard lo ha notado, lo que demuestra su importancia en el equipo. Teniendo en cuenta que los belgas han accedido a la Champions League, si Mbokani está a su nivel acabará por convencer a los principales ojeadores europeos y saldrá de Belgíca. Si todavía no lo ha hecho no será porque le falten condiciones.
la verdad que no preste tanta atencion a este equipo y veo lo que me perdi, tal vez pondre mas atencion
ResponderEliminarMe gusta la Liga Belga y me gusta aún más el Standart.
ResponderEliminarDefour, Witsel, Mbokani.. están apareciendo jugadores muy muy buenos en ese equipo, darán de qué hablar y acabarán en equipos con aspiraciones aún mayores. Es un club con jugadores a tener muy en cuenta.
Un saludo
ventanadefutbol.blogspot.com